Me encuentro en una habitación que no había sido visitada en un largo tiempo. Las paredes rasgadas y las esquinas cubiertas con moho. La madera del placar se trababan al abrir y el suelo asfixiaba con cada paso. Al parecer ese lugar era un orfanato, sin embargo, jamas tuve una explicación de por qué esa habitación se encontraba en ese estado y porque precisaban de mi ayuda par investigarla luego de tanto tiempo. Aún así mi ayuda no milagrosa ni única. Mi tarea es hacer el recuento de alimentos y cubiertos que encontrase en el placar que aún pudiesen servir. Y así comencé, 3 paquete de fideos, 5 envases arroz y uno en mal estado, el cual la directora del orfanato aseguró podía ser utilizado de todos modos, y 1 paquete de galletas de arroz. Sin terminar con la comida, me moví al primer cajón del mueble donde se ubicaban os cubiertos. Cuchillos, tenedores y cucharas se posaron en mis manos unos segundos para luego acabar en una caja polvorienta.
En otro placar ubicado al lado de la puerta de entrada, dos niños encontraron jarras llenas de caracolas de diferentes tamaños y formas, de colores tan variados y brillantes que la naturaleza parecía haber hecho trampa. Entonces me acerco a un bulto grande en la otra punta de la habitación. Los niños se encontraban sentados sobre él y pude ver luego que se trataba de una antigua y desecha cama. Allí encontraron un grabador y a pesar de mis intentos, no pudimos hacerlo funcionar.
En un abrir y cerrar de ojos muchos niños desaparecieron de la habitación y las paredes de la misma se convirtieron en rejas, Rejas que no cubrían la puerta y que tres horrendas criaturas intentaban entrar por medio de ellas. Eran gólums verdes, monstruos idénticos a la criatura creada por Tolkien en El señor de los anillos. Al asomarse por la cima de la reja intenté golpearlos pero mis esfuerzos fueron en vano ya que no poseía la fuerza para derribarlos. Así que huí por la puerta hacia un pasillo de hotel y me escondí en la última habitación. Allí habían cuatro chicas disfrazadas de manera provocativa amarradas al borde de una cama, y un última chica, la única con cabellos dorados, en una cama debajo de la ventana durmiendo. Mi preocupación no cesaba ya que de un problema había sido trasladad a otro. En ese momento, un hombre aparece parado sobre la cama y le coloca a la muchacha rubia un "clip" verde en la nariz impidiéndole así respirar. Ella se despierta y se cuestiona el por qué se sus acciones ya que si deseara matarla con eso no bastaría ya que aún puede respirar por la boca así que se lo quita. Por mi mente cruzaban infinitas ideas y temores, es decir, me había dado cuenta ya que este hombre abusaba sexualmente de esas mujeres y que si me quedaba terminaría como una de ellas pero mi mayor temor al ver esa muchacha recostada en la cama fue que su palidez me hizo preguntarme cuáles serían los gustos de este hombre, ¿sería acaso un psicópata necrofílico? Me tranquilicé al ver que el hombre notó la acción d ela muchacha y le colocó la pinza en uno de sus pezones, su objetivo entonces no era aniquilarla sino torturarla sexualmente.
El hombre me miró y pude notar que la puerta se encontraba cerrada, No había salida. Me encontraba ya en la cama a su lado y mi cuerpo no hacía mas que anticipar aquello que no podría evitar. Mi cuerpo, despojado ya de vestimentas, estaba a sus pies cuando....
ME DESPERTÉ.